Las canteras de Piñuel
Haz click sobre el mapa para manejarlo
Haz click sobre el mapa para manejarlo
Nos encontramos ante dos rocas bellas e interesantes, tanto por el uso que se les ha dado como por su origen.
El plutón de Arcillo ha sido ampliamente estudiado y se tiene una idea bastante clara de su génesis. Su distribución cartográfica da ciertas pistas del proceso de su emplazamiento: las facies, ricas en enclaves, representan el conducto de alimentación, pues son estos los enclaves los elementos que se arrastran desde la cámara magmática.
Hay que pensar en los plutones como masas de roca fundida muy caliente que se comportan como las burbujas de las lámparas de lava. Estas burbujas que parecen «flotar» ascienden por estar más calientes que la roca que tienen alrededor, por ser menos densas.
La composición de las rocas plutónicas depende de la composición del fundido y de la velocidad de enfriamiento, que favorece la cristalización de unos minerales u otros. También es esta velocidad la que hace que cambien las texturas de las rocas plutónicas.
Pensaremos ahora en un vaso de agua que se enfría poco a poco a una temperatura de 0°C: se originará un cristal de H2O prácticamente transparente, sin defectos. Por el contrario, si enfriamos el vaso muy rápido, se formará un cristal irregular, que dará la impresión de encerrar muchos cristalitos en su interior.
Lo mismo ocurre con un fundido rocoso: las zonas internas del plutón, que tardan más en enfriarse, conciben cristales más grandes y mejor definidos, mientras que las zonas externas, en contacto con las partes frías circundantes, se enfrían más rápido y dan lugar a cristales más pequeños.
A la vez, la dinámica interna de esta estructura rocosa hace que ciertas partes cristalizadas externas e internas se muevan en su interior. Por último, el plutón se enfría y la historia de cristalización queda «fosilizada» para la eternidad.
Podemos concluir con que las facies de grano medio y fino se sitúan, grosso modo, en los bordes del Plutón, en cambio las gruesas se localizan en los bordes.
Ahora que conocemos sus características, podemos comprender el siguiente modelo de formación: