La falla de Peleagonzalo
La tectónica desconocida de la Cuenca del Duero
El fin de un río, el comienzo de otro
Nos encontramos en el Bajo Duero, donde hemos agrupado las comarcas de Tierra del Vino, las Riberas del Duero, la Guareña y Talanda. Toda la zona se asienta sobre una estructura llamada Cuenca de Antepaís, emplazada en el contexto de la era cenozoica –o Terciario– y, más concretamente, en la última orogenia, la Alpina, hace más de 66 millones de años.
Este paisaje –sus llanuras, sus cerros aplanados, el largo horizonte ondulado– podría hacernos pensar en lo que podría haber sido un antiquísimo fondo marino; sin embargo, el contexto geológico del Bajo Duero es puramente continental. Está marcado por sucesiones cíclicas de conglomerados y areniscas, es decir: en los sedimentos quedan registrados los cambios ambientales y climáticos ocurridos a lo largo del Cenozoico, los cambios de latitud, el giro de la Península Ibérica o el crecimiento de barreras montañosas. En definitiva, del movimiento de las placas tectónicas.
Los sedimentos que podemos hallar aquí se acumularon entre lo que eran unas cadenas montañosas en formación: las que hoy en día llevan el nombre de Cantábrica e Ibérica.
El registro paleontológico de esta zona es impresionante. Los hallazgos de enormes vertebrados en las inmediaciones de Corrales del Vino son la prueba de que enormes bestias habitaron estos lugares…
La tectónica desconocida de la Cuenca del Duero
La sabana zamorana
Un paseo diferente
El emblema de la Tierra del Vino
La acción del Duero y su poder creador
Una suelo colgado a 875m de altura
A través de nuestros itinerarios propuestos, siguiendo las señalizaciones podrás descubrir los puntos geológicos más relavantes